¡EN EL AGUA!

 

Los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896 fueron los primeros de la era moderna, y la ciudad se había transformado en una gran fiesta desde las primeras horas del día 25 de marzo, que además coincidía con el día nacional del país anfitrión.

Participaron en aquellos Juegos un total de 285 deportistas de los cuales casi doscientos eran griegos.

La familia real se hizo presente en el estadio que abarrotado por 70.000 personas escucharon atentamente al príncipe CONSTANTINO que a nombre de su padre, el REY JORGE I, pronuncio las palabras: “Proclamo abiertos los primeros Juegos Internacionales de Atenas, que celebran la primera Olimpiada de la Era moderna”

El segundo día de competencias estaba dedicado a la Natación, cuyo calendario contemplaba solo tres pruebas: 100, 500 y 1.200 metros libres. ¡Y fueron tan libres que las pruebas se disputaban en mar abierto!

El escenario para las competencias acuáticas fue la bahía de Zea, una herradura natural en El Pireo. Y tanto las partidas como la meta estaban marcadas con barcazas y boyas. No se puede asegurar a ciencia cierta que las distancias estaban correctamente medidas. Pero además de la dificultad de determinar la distancia con exactitud, ese día sábado el mar estaba especialmente picado.

En los 100 metros, donde se habían inscrito trece nadadores, no hubo demasiados problemas, y acabo ganando el húngaro ALFRED HAJOS GUTTMANN de 18 años, con un tiempo de 1’22’’2, seguido por el griego EFSTATHIOS KORAPHAS (1’23’’0) y por el austriaco OTTO HERSHMANN en tercer lugar.

Pero las cosas comenzaron a verse más complicadas en los 500 metros. El mar seguía poniéndose en cada momento más bravo con olas de hasta cuatro metros de altura, y al momento de darse por iniciada la prueba solo tres valientes se atrevieron a tomar parte de la prueba.

Los 500 metros fueron ganados por un nadador austriaco de 21 años llamado PAUL NEUMANN con un tiempo de 8’12’’6.

Los otros dos nadadores fueron los griegos ANTONIOS PAPANOS que llegó en segunda posición y EFSTATHIOS KORAPHAS en tercer lugar, y que ya había competido minutos antes en los 100 metros ocupando el segundo puesto.

Y finalmente le toco su turno a la prueba más dura, los 1.200 metros, y donde llegaron los auténticos problemas producto de mal tiempo. Tres botes trasladaron a los saltos y tumbos a los nueve nadadores inscritos hasta la distancia convenida de la costa. Dos de las embarcaciones regresaron rápidamente  hasta la meta con los jueces tan pronto se dio la salida para cronometrar la llegada. El tercer bote se quedó para cualquier emergencia. El mar que cada vez se ponía más bravo, obligo a que cinco de los participantes a abandonaran rápidamente la competencia.

El húngaro HAJOS (que había ganado los 100) tuvo la preocupación de embadurnarse el cuerpo con grasa para combatir en parte el frio,  ya que la temperatura del agua no superaba los 10 grados Celsius, y desde el primer momento tomo la punta de la carrera de fondo, con una amplia ventaja sobre el resto de los participantes.

Faltando unos 500 metros de la prueba, HAJOS sintió fuertes calambres, tanto que quiso abandonar la competencia. Busco la barca que acompañaba a los nadadores, pero esta estaba muy lejos. El húngaro no tuvo más remedio que seguir nadando hasta la costa, y fue así como finalmente llego triunfante pero agotado a la meta. Pese a todo le saco más de dos minutos de ventaja al griego que llego en segundo lugar.

Los que hicieron podio en la prueba de fondo fueron: el húngaro ALFRED HAJOS GUTTMANN con un tiempo de 18’22’’2, seguido por el griego ANTONIOS PAPANOS con 21’03’’4 y el también griego  EFSTATHIOS KORAPHAS.

Se disputo además una curiosa tercera prueba reservada exclusivamente para los marineros griegos, cuyos barcos estaban anclados en la bahía. Y pese a las múltiples inscripciones, a la hora de la verdad solo tres valientes se lanzaron a cubrir los 100 metros, dado las pésimas condiciones que tenía el mar a esa hora.

Curiosamente esta prueba, tan al margen de la competencia, figura para los efectos históricos de los Juegos a la misma altura que las otras tres anteriores.

Esta prueba especial de los 100 metros para marineros griegos fue ganada por  IOANNIS MALOKINIS con un tiempo de 2’20’’4, seguido por SPYRIDON KAZAPIS y DIMITRIOS DRIVAS.

 

Alfred Hajos Guttmann

Cuenta la historia que durante la cena en honor a los campeones olímpicos, el príncipe Constantino de Grecia le preguntó a ALFRED HAJOS que dónde había aprendido a nadar tan bien. A lo que el húngaro le respondió: “en el agua”.

Por Eduardo Cumplido M.

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