Nadar 45 km ¿es posible?#AguasAbiertas #SantiagoFerrada #SwimchileArtículos #SwimchileNews

Crucé a nado al Canal de la Mancha, Isla a Manhattan y Canal de Santa Catalina, todos ellos tienen algo en común: nadar distancias impensables para muchos nadadores.

Sin embargo, la pregunta es: ¿es posible nadar semejantes distancias? ¿Qué características debe de tener el nadador para poder lograr tal hazaña?

Lo cierto, es que si miramos los registros de las grandes competencias de natación de larga distancia sorprende ver las características de los participantes: Edad promedio de 40 a 55 años, apasionados de la natación en aguas abiertas, sin experiencia en natación profesional y sus tiempos de cruce corresponden a ritmos de entrenamientos lentos. En principio no son el perfil de nadador que uno piensa capaz de realizar este tipo de retos deportivos, pero hay una condición excepcional que hace posible que estos nadadores anónimos sean capaces de enfrentarse a estos grandes desafíos: perseverancia.

El hecho que la edad media sea tan alta no es casualidad, la experiencia es fundamental en este tipo de retos, a más años, más conocimiento de tu cuerpo y mente y con ello más opciones de lograr llegar a la línea de meta.

La filosofía de preparación no se diferencia en exceso a las de la preparación de larga distancia de triatlón o ultra fondo del running. Como ellas, es necesario, que el nadador vaya superando metas y competencias antes de enfrentarse a retos de tales magnitudes.

El primer paso es pasar de nadar en piscina a realizar las primeras travesías en aguas abiertas, superar el miedo a enfrentarse a olas, frío y situaciones imprevistas en estas primeras etapas es fundamental para tener la confianza de cara hacer los primeros cruces de distancias de 5 a 15 km acompañados con entrenamientos más largos logrando aumentar nuestra capacidad de superación, tanto física y mental.

Luego de estas distancias, en las cuales los cruces no son superiores a 5 horas, llegan los grandes cruces de más de 25 km y una media de 8 horas de esfuerzo interrumpido. El hecho diferenciador del nadador de los grandes cruces es la técnica. El nadador puede estar a niveles muy altos de fuerza, resistencia y energía, pero sin la técnica adecuada posiblemente a mitad de recorrido el cuerpo diga “basta”.

Dejando a un lado los abandonos por las condiciones climatológicas del día del cruce, el mayor riesgo que se encuentra el nadador es al desgaste de hombros y cervicales. Con la técnica adecuada el desgaste disminuye y con ello las opciones de éxito aumentan.

La técnica de nado, no se aprende ni se adquiere con la práctica, solo la práctica perfecta te lleva a ella, es por ello que, es muy complejo que puedas adquirir la mejor técnica posible sin ayuda. No te obsesiones con hacer sesiones de entrenamientos marcadas por la distancia, el objetivo siempre tiene que ser nadar bien. Busca puntos de referencia con compañeros y entrenadores, ellos te podrán servir de espejo y con ello,  saber cuáles son tus puntos a mejorar.

Como cualquier reto en la vida, el éxito en los grandes cruces no es llegar a la línea de meta, si no el tener la valentía de estar en la línea de salida.

por Santiago Ferrada (jueves 20 de junio de 2019)

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